### "Si mi hermana no estuviera allá, con gusto te hablaría": el miedo de los venezolanos en EE.UU. a opinar sobre la amenaza militar de Trump
**Doral, Florida – 1 de diciembre de 2025** – Los niños jugaban mientras sus padres charlaban en el parque. "¡Papi, mira qué chévere!", dijo el más grande dando vueltas en su triciclo. Cuando les pregunté si eran venezolanos, ella apretó los labios, él negó con la cabeza y juntos me miraron con espanto.
Me acerqué a ellos para saber qué pensaban sobre la amenaza de ataques militares estadounidenses contra Venezuela. Pero aquella pregunta podía interpretarse como si los estuviera señalando por ser venezolanos, en medio de las redadas de deportación del gobierno de Donald Trump y las amenazas de revisar los permisos de residencia de los migrantes que viven en EE.UU.
Estábamos en Doral, la ciudad del sur de Florida que alberga a la mayor comunidad de venezolanos en Estados Unidos. El hombre se levantó de un salto, alzó al niño por la cintura y el triciclo quedó tumbado en el suelo. Ella se apresuró a recoger los juguetes de la más pequeña. "No, no somos de allá", murmuró él, mientras se alejaban a toda prisa. No era la primera vez que pasaba algo así. Meses atrás, a mediados de año, entrevisté a una decena de venezolanos que vivían en Doral. Todos habían pedido anonimato por temor a las autoridades migratorias, luego de que el gobierno de Trump eliminara mecanismos que protegían de la deportación a más de un millón de ciudadanos venezolanos y de otras nacionalidades.
Hoy, ese temor se ha multiplicado. La escalada de tensiones entre Washington y Caracas, impulsada por las declaraciones de Trump sobre un posible cierre total del espacio aéreo venezolano y acciones militares contra el régimen de Nicolás Maduro, ha silenciado a una comunidad que alguna vez alzó la voz con esperanza. En las calles de Doral, conocida como "Doralzuela" por su alta concentración de exiliados venezolanos –alrededor de 250.000 en el condado de Miami-Dade–, el miedo a represalias dobles es palpable: por un lado, el pánico de que sus opiniones lleguen a oídos del chavismo y pongan en riesgo a familiares en Venezuela; por el otro, el terror a ser vistos como "desleales" por las autoridades estadounidenses en un contexto de deportaciones masivas prometidas por Trump.
#### La amenaza de Trump: de las palabras a los hechos
La crisis entre Estados Unidos y Venezuela de 2025 ha marcado un punto de inflexión en las relaciones bilaterales. Desde su toma de posesión en enero, Trump ha intensificado su retórica contra Maduro, acusándolo de convertir a Venezuela en un "narcoestado" y de exportar crimen organizado a EE.UU. a través de grupos como el Tren de Aragua, al que ha calificado como "la peor banda del mundo". En noviembre, el presidente anunció el cierre total del espacio aéreo venezolano, una medida que Caracas denunció como una "amenaza colonialista" y que ha generado un despliegue militar estadounidense en el Caribe, con buques de la Marina patrullando aguas cercanas. "El presidente de Estados Unidos está diciéndole al mundo: No circulen por arriba o por los alrededores de Venezuela", ironizó el embajador venezolano ante la ONU, Héctor Rodríguez, en una sesión de emergencia.
Trump ha vacilado entre la diplomacia y la fuerza: "No descarto nada con Venezuela", declaró recientemente, mientras sopesa opciones que van desde drones hasta una intervención directa. Sus asesores han filtrado escenarios sombríos, como la salida de Maduro "en una bolsa negra", lo que ha generado pánico en Miraflores. Sin embargo, el propio Trump ha insinuado negociaciones: "Probablemente hablaría con él. Hablo con todos", dijo en una entrevista que dejó a analistas perplejos.
Esta escalada no es aislada. Forma parte de una orden ejecutiva firmada en enero que revivió sanciones y designó al "Cartel de los Soles" –presuntamente ligado al alto mando chavista– como organización terrorista. Latinoamérica ha respondido dividida: mientras Colombia y Brasil expresan cautela, aliados de Maduro como Rusia y Cuba han condenado las "injerencias", y manifestaciones en Washington –con apenas 31 participantes, la mayoría no venezolanos– han intentado contrarrestar el apoyo a una posible intervención.
#### El silencio forzado: familias divididas por el miedo
En el corazón de esta tormenta está la diáspora venezolana en EE.UU., que supera los 800.000 miembros, muchos con estatus precario. La eliminación del Estatus de Protección Temporal (TPS) para unos 600.000 venezolanos, efectiva desde noviembre, ha dejado a familias enteras en la incertidumbre. "El 7 de noviembre lo pierdo todo", confesó una psicóloga en Miami a *El País*, refiriéndose a su licencia de trabajo y residencia. Otro, un músico, describió noches en vela: "Tengo a mi madre en Caracas; si hablo, ¿qué le pasará?"
Este "miedo doble" –a Maduro y a Trump– es recurrente. "Si mi hermana no estuviera allá, con gusto te hablaría", me dijo una mujer de 45 años en un café de Doral, bajo condición de anonimato. Su hermana, enfermera en un hospital público venezolano, depende de remesas que ella envía desde un empleo en un restaurante local. Criticar abiertamente las amenazas de Trump podría interpretarse en Caracas como "traición", con riesgos de detención o acoso por la inteligencia chavista. En redes como X, usuarios expresan esta parálisis: "Vivo en Venezuela y estoy dispuesto a correr el riesgo. ¿Sabes qué sí me aterroriza? Que Trump se eche para atrás, ahí la dictadura se creerá invencible", escribió un usuario desde Caracas.
En Florida, el debate divide a la comunidad. Algunos, como el congresista Mario Díaz-Balart, abogan por una intervención militar "rápida" para derrocar a Maduro. Otros temen un baño de sangre. "Nos sentimos traicionados", tuiteó el periodista Carlos Montero en febrero, cuando Trump suavizó su postura inicial. Manifestaciones en Miami han sido tibias: "Hay esperanza, pero la gente calla por miedo", resume un informe de la BBC.
El impacto psicológico es devastador. Organizaciones como Amnistía Internacional denuncian que las promesas de "deportaciones masivas" de Trump han sembrado pánico, con al menos 250.000 migrantes venezolanos afectados directamente. Casos como el de inmigrantes que intentaron "autodeportarse" vía app de CBP y quedaron atrapados ilustran el caos. "Muchos se sienten señalados injustamente", explica un informe de CNN sobre detenciones en marzo.
#### ¿Hacia una intervención? La incertidumbre reina
Expertos como Sergio Rodríguez Gelfenstein, analista internacional, advierten que EE.UU. carece de consenso interno para una invasión: "No han logrado consolidar una opinión pública favorable". En X, el debate hierve: "Maduro tiene miedo de que Cuba lo mate", bromeó la congresista María Elvira Salazar, citando rumores de que Trump ofreció una "salida amable" al dictador. Mientras, en Venezuela, la autocensura se extiende: "El miedo y la autocensura se han apoderado de los ciudadanos", reporta *El Pitazo*.
Para los venezolanos en EE.UU., el dilema es existencial. "Que pase lo que tenga que pasar, pero que sea rápido", susurra un exiliado en un mitin en Miami. En el parque de Doral, el triciclo yace olvidado. La familia se ha ido, pero el silencio perdura. En un exilio dividido, la esperanza choca con el terror, y las voces –por ahora– permanecen mudas.
*Por [Tu Nombre], corresponsal en Miami. Contribuciones de fuentes anónimas y análisis basados en reportes recientes.*
