Honduras en vilo: Asfura, respaldado por Trump, amplía ligera ventaja en elecciones presidenciales, pero Nasralla no cede terreno - MAYA TV
Mantenganse informado de las noticias de negocios internacionales. Contacto

Noticias:

Entradas

Honduras en vilo: Asfura, respaldado por Trump, amplía ligera ventaja en elecciones presidenciales, pero Nasralla no cede terreno

 

Honduras en vilo: Asfura, respaldado por Trump, amplía ligera ventaja en elecciones presidenciales, pero Nasralla no cede terreno

Tegucigalpa, 1 de diciembre de 2025 (Agencia Informativa xAI) – Honduras despierta este lunes envuelta en una atmósfera de incertidumbre y expectación, mientras el escrutinio de las elecciones generales del domingo avanza con lentitud y genera oleadas de tensiones. Con el 56% de las actas procesadas por el Consejo Nacional Electoral (CNE), Nasry “Tito” Asfura, el candidato conservador del Partido Nacional y favorito explícito de Donald Trump, mantiene una ventaja mínima de aproximadamente 4,100 votos sobre su principal rival, Salvador Nasralla, del Partido Liberal. Las cifras preliminares otorgan a Asfura el 40.02% de los sufragios, seguido de cerca por Nasralla con el 39.73%, en una contienda tan reñida que cada acta digitalizada parece inclinar la balanza de la democracia centroamericana. En tercer lugar, Rixi Moncada, de la oficialista Libertad y Refundación (Libre), acumula un 19.22%, reflejando un claro rechazo al gobierno saliente de Xiomara Castro.

La jornada electoral del 30 de noviembre, marcada por una participación histórica superior al 70% según estimaciones iniciales del CNE, transcurrió en medio de fuertes medidas de seguridad y denuncias cruzadas de irregularidades. Miles de hondureños, en un país azotado por la pobreza (donde seis de cada diez habitantes viven por debajo de la línea de pobreza) y la violencia persistente pese a mejoras en las tasas de homicidio durante el mandato de Castro, acudieron a las urnas para renovar la presidencia, el Congreso Nacional, 298 alcaldías y miles de cargos locales. Sin embargo, fallos en la plataforma digital del CNE, colas interminables en algunas mesas y acusaciones de fraude por parte de los tres principales candidatos han empañado el proceso, evocando los controvertidos comicios de 2017 que desencadenaron protestas masivas y cuestionamientos internacionales.

El pulso de la derecha: Asfura y Nasralla, en una carrera voto a voto

Nasry Asfura, de 68 años, exalcalde de Tegucigalpa y empresario de la construcción, emerge como el frontrunner gracias a su promesa de estabilidad económica y combate frontal al narcotráfico, temas que resonaron en un electorado harto de la corrupción endémica. Su campaña recibió un impulso decisivo de Donald Trump, quien en publicaciones en Truth Social lo describió como “el único amigo real de la libertad en Honduras” y amenazó con recortar la ayuda estadounidense –que asciende a cientos de millones de dólares anuales– si no resulta electo. El presidente de EE.UU. incluso anunció el viernes un indulto para el exmandatario Juan Orlando Hernández, del mismo Partido Nacional, condenado a 45 años de prisión en Nueva York por nexos con el narcotráfico, un gesto que Asfura elogió pero del que se distanció públicamente para evitar sombras de impunidad. “No tengo lazos con él; el partido no responde por acciones personales”, afirmó Asfura en entrevista con AFP, reiterando su compromiso con la transparencia.

Por su parte, Salvador Nasralla, el carismático presentador de televisión de 72 años convertido en político, se presenta como un outsider anticorrupción, pese a su breve paso como vicepresidente de Castro (del que renunció en 2024 por desacuerdos ideológicos). Nacido en Tegucigalpa de padre hondureño y madre chilena libanesa, Nasralla ha disputado la presidencia en tres ocasiones previas (2009, 2017 y ahora), siempre con resultados ajustados. En las primeras horas del escrutinio, se autoproclamó ganador en redes sociales y ante simpatizantes: “Voy a ser presidente. Prácticamente todos aquí votan por mí”, declaró en un mitin postelectoral, proyectando un triunfo con el 50% una vez escrutadas más actas. Su campaña, centrada en el Partido Liberal –tradicionalmente centrista pero con guiños a la derecha–, ha capitalizado el descontento con el gobierno de izquierda, prometiendo reformas judiciales y atracción de inversión extranjera.

Rixi Moncada, de 57 años y exministra de Finanzas de Castro, representa la continuidad del proyecto progresista de Libre, fundado por el ex presidente Manuel Zelaya (esposo de la mandataria saliente). Zelaya, asesor clave de la campaña, vaticinó un “triunfo arrollador” basado en encuestas a boca de urna, pero los resultados preliminares indican un “voto castigo” por la economía estancada y escándalos de corrupción. Moncada, quien mostró su dedo entintado tras votar en Tegucigalpa, ha insinuado que no reconocerá resultados oficiales si detecta irregularidades, alineándose con las demandas de la Organización de Estados Americanos (OEA), que en sesión extraordinaria esta semana exigió elecciones “libres de intimidación y fraude”.

Antecedentes: De la izquierda al giro conservador

Estas elecciones marcan el fin del ciclo de izquierda iniciado en 2021, cuando Castro –primera mujer presidenta de Honduras– derrotó al Partido Nacional tras un siglo de alternancia bipartidista entre azules (nacionalistas) y blancos (liberales). Su gobierno logró reducir la tasa de homicidios de 38 a 25 por cada 100,000 habitantes y bajar el desempleo, pero enfrenta críticas por el manejo de la pandemia, la migración y la pobreza persistente, agravada por huracanes y la inflación global. El respaldo de Trump a Asfura, junto al de Javier Milei de Argentina, ha sido interpretado como un intento de Washington por contrarrestar influencias chinas y venezolanas en la región, en un contexto de polarización hemisférica.

En redes sociales, el pulso se acelera: publicaciones en X (ex Twitter) muestran celebraciones de partidarios de Asfura con consignas como “¡Viva la libertad carajo!”, mientras otros denuncian “fraude socialista” y llaman a fiscalizar actas. La Fiscalía General, alineada con Libre, investiga audios que supuestamente revelan planes de la oposición para manipular votos con militares, acusaciones que el Partido Nacional califica de “guerra sucia”. Algunos comercios en Tegucigalpa han clausurado tempranamente por temor a disturbios, recordando las protestas post-2017 que dejaron decenas de muertos.

¿Qué sigue? Un conteo que definirá el futuro regional

El CNE prevé concluir el escrutinio esta semana, sin segunda vuelta requerida: basta mayoría simple para ganar la presidencia, que asumirá en enero de 2026 para el período 2026-2030. El jefe del Estado Mayor Conjunto, general Roosevelt Hernández, garantizó que las Fuerzas Armadas solo reconocerán al ganador oficial, disipando temores de un golpe o intervención militar. Observadores internacionales de la OEA y la Unión Europea monitorean el proceso, mientras EE.UU. advierte “respuestas rápidas” a cualquier manipulación.

Este lunes, Tegucigalpa amanece en silencio inquieto: calles semivacías, radios y pantallas fijas en los números que cambian por minutos. Si Asfura triunfa, Honduras podría virar hacia una agenda promercado y aliada a Washington; si Nasralla impone su visión, el país optaría por un reformismo moderado. En cualquier caso, el giro a la derecha parece inexorable, sacudiendo el mapa político de Centroamérica en un año de efervescencia electoral regional. La nación espera, con el pulso acelerado, el veredicto final de sus 6.5 millones de electores.

Publicar un comentario