La renuncia de Rixi Moncada, actual ministra de Defensa y precandidata presidencial por el partido Libertad y Refundación (Libre), podría contribuir a un ambiente más transparente y equitativo en las elecciones generales de Honduras programadas para el 30 de noviembre de 2025, pero no lo garantizaría por sí sola. Su salida del cargo, especialmente si se concreta seis meses antes de los comicios como lo establece el artículo 240 de la Constitución de Honduras, eliminaría un potencial conflicto de intereses, ya que las Fuerzas Armadas —bajo su mando— tienen un rol clave en la logística electoral, como el transporte y custodia de material electoral a través del Consejo Nacional Electoral (CNE). Esto podría fortalecer la percepción de imparcialidad en el proceso, respondiendo a críticas de sectores que ven su doble rol como una amenaza a la credibilidad.