En una extensa carta abierta dirigida al coordinador general del Partido Libertad y Refundación (Libre), Manuel Zelaya Rosales, un militante del partido plantea la necesidad de una profunda autocrítica tras los resultados electorales del 30 de noviembre de 2025. El escrito reconoce la trayectoria de lucha de Zelaya, pero advierte que las estructuras y liderazgos de Libre deben evolucionar para responder a las nuevas realidades políticas del país.
Contexto de la carta
La misiva, fechada en Tegucigalpa el 13 de diciembre de 2025, se presenta como una “reflexión” motivada por un sentido de responsabilidad histórica ante la coyuntura actual. El autor subraya que la fundación de Libre marcó un capítulo clave en la historia democrática de Honduras y que el liderazgo de Zelaya fue un pilar tras el golpe de Estado. Sin embargo, insiste en que la dialéctica de la historia exige revisar y transformar los liderazgos cuando las circunstancias cambian.
Llamado de atención por los resultados electorales
El texto afirma que los resultados de las elecciones del 30 de noviembre de 2025 son un “llamado de atención” que no puede ser ignorado. Señala que el veredicto de las urnas funciona como un referéndum sobre la práctica política del partido y su capacidad para interpretar las aspiraciones del pueblo hondureño. Se menciona que la candidatura de Rixi Moncada fue sometida a una prueba en la que los resultados, con un porcentaje cercano al 19.30% de los votos, no reflejan el capital político que Libre dice representar.
Aunque el autor reconoce factores externos, como la supuesta injerencia del presidente Donald Trump a través de redes sociales, sostiene que no se puede atribuir toda la responsabilidad a elementos ajenos. A su juicio, culpar únicamente a la interferencia externa impediría corregir los errores estratégicos propios del partido.
Advertencia sobre la personalización del poder
En la carta se vincula la situación de Libre con otros procesos de la región, en particular con el Movimiento al Socialismo (MAS) en Bolivia. El autor expone que el MAS, pese a haber alcanzado una hegemonía con respaldos superiores al 60%, terminó reducido a una representación parlamentaria mínima por la combinación de presiones externas y la excesiva personalización del liderazgo. Según el análisis, el caudillismo y la incapacidad de gestionar una sucesión ordenada condujeron a una crisis interna que casi hizo desaparecer a la izquierda como alternativa política en ese país.
El dirigente hondureño advierte que Libre corre el riesgo de repetir ese patrón si no se asume una autocrítica real sobre la concentración del poder en una sola figura y sobre la forma en que se toman las decisiones dentro del partido.
Ejemplos internos de descontento
El documento sostiene que la personalización del poder no es un tema teórico, sino una realidad palpable en las filas de Libre. Cita como ejemplo casos de dirigentes departamentales o locales —como el de Isis Cuéllar en Copán— que habrían sido objeto de decisiones “arbitrarias” o poco transparentes, generando malestar y sentimiento de exclusión.
Estos episodios son presentados como síntomas de un problema mayor: la falta de mecanismos internos claros para la deliberación, la resolución de conflictos y la renovación de cuadros, lo que a su vez debilita la organización frente a los procesos electorales.
Petición central al coordinador general
En el tono general de la carta se mezcla el reconocimiento al papel histórico de Manuel Zelaya con un llamado directo a que impulse cambios profundos dentro del partido. El autor sugiere que la conducción de Libre debe abrir espacios para nuevas generaciones, revisar métodos de selección de candidaturas y corregir prácticas que han alejado a sectores del electorado.
La misiva concluye planteando que, si no se asume esta revisión interna y se mantiene la lógica de caudillismo, el partido corre el riesgo de perder su condición de principal alternativa de la izquierda hondureña y de desaprovechar el capital político acumulado en más de una década de lucha.
