Fue un gran momento para estar online. Cuando el 8 de mayo se anunció que el sucesor del papa Francisco sería, por primera vez en la historia, un estadounidense originario de Chicago, las redes sociales estallaron con celebraciones y memes específicos de la Ciudad de los Vientos. En cuestión de días, algunos de esos memes ya se habían transformado en camisetas a la venta.
A medida que la conversación sobre el papa León XIV se amplió rápidamente hacia su perfil ambientalista y sus opiniones políticas, el torrente de mercancía no oficial superó con creces las camisetas de broma con frases como “Da Pope”. Lo que surgió en los días posteriores es una economía papal mucho más amplia: abarca ropa, artículos de recuerdo, gastronomía, turismo y más, tanto en Estados Unidos como en Roma. La demanda en ambos lugares parece estar impulsada en gran medida por estadounidenses.
El fervor por la mercancía papal en Estados Unidos no es nuevo, claro. En 2015, durante la visita del papa Francisco a Filadelfia, surgió toda una industria. Además de camisetas conmemorativas, las calles de la ciudad se llenaron de muñecos de peluche del papa, recortes de cartón y otros recuerdos. Incluso se vendió “queso del papa”, una bola de mozzarella con forma del obispo de Roma. Si ese entusiasmo se dio solo por una visita, no sorprende que muchos encontraran formas de capitalizar que un estadounidense sea papa.
No hay negocio como el negocio papal
El alcance del imperio de mercancía inspirada en el papa León ya es vasto. Tiene un lado devocional, con varios minoristas religiosos en línea vendiendo estampas, retratos enmarcados y un libro instantáneo titulado When the White Smoke Clears: A Guide to Pope Leo XIV’s Early Days, cuya publicación está prevista para el 30 de junio.
Topps lanzó una tarjeta coleccionable con la imagen del papa León en una edición limitada de cuatro días en mayo, vendiendo supuestamente 133,535 unidades a 8.99 dólares cada una (aunque las tarjetas forman parte de una colección especial de Topps que conmemora momentos significativos en el deporte y la cultura, las tarjetas de papas existen desde principios del siglo XX). Ahora se venden en eBay hasta por 199 dólares. Para quienes prefieren algo tridimensional, el National Bobblehead Hall of Fame and Museum lanzó en preventa dos modelos del papa León por 30 cada uno. También hay contenido audiovisual en camino: Pope Leo XVI: A Pontiff’s Path, un documental producido por Castletown Media que se transmitirá por CREDO, una nueva plataforma de streaming con contenido religioso. Es probable que muchos de los espectadores que convirtieron Conclave en un fenómeno durante la elección del nuevo papa, estén entre los primeros en sintonizar.
No sorprende que Chicago se haya convertido en el epicentro ardiente de la “Popemanía” estadounidense. La fiebre de productos incluye camisetas personalizadas de los White Sox y circularan videos de archivo que confirmaban su afición por los Sox. La tienda Grandstand afirmó a Sports Illustrated que sus camisetas de los Sox con el nombre del papa se venden más que las de cualquier otro jugador. El estadio de los Sox, Rate Field, incluso instaló un mural del papa.
La popular cadena de restaurantes Portillo’s también lanzó un nuevo sándwich llamado The Leo, que describe como “carne italiana divinamente sazonada, bautizada en gravy”. En Evanston, la panadería Bennison’s está ofreciendo galletas de edición limitada con el rostro del papa León.
Chicago podría convertirse en un destino turístico aún mayor para los fieles. El propietario de la iglesia de infancia del papa —ahora en ruinas, St. Mary of the Assumption, en el sur de Chicago— está en conversaciones para convertir el lugar en un centro de culto para congregaciones locales, con un banco de alimentos que llevará el nombre del nuevo papa. El suburbio donde creció pretende comprar la casa de su infancia o expropiarla por dominio eminente, y convertirla en un sitio histórico abierto al público.
Sin embargo, gran parte del turismo papal se lleva a cabo actualmente en Roma.