El jefe del gobierno alemán, Friedrich Merz, afirmó que la conquista de Ucrania sería "solo el principio" para Rusia bajo Vladimir Putin. Merz advirtió que los ataques híbridos de Rusia contra Alemania son cada vez más intensos y agresivos, dirigidos especialmente contra infraestructuras críticas. Además, señaló que Moscú realiza provocaciones en el mar del Norte y el mar Báltico, y que Rusia y China buscan asegurar esferas de influencia en el sureste de Europa.
Merz destacó que ya ha estallado un nuevo conflicto sistémico entre las democracias liberales y un eje de autocracias que incluye a Rusia y China, poniendo bajo presión el orden mundial liberal desde múltiples frentes. Por ello, se ha convertido en prioridad para Alemania y Europa el rearme y el fortalecimiento militar para enfrentar esta amenaza, así como la adaptación a la retirada estadounidense parcial en la región.
El canciller alemán instó a los aliados europeos a revaluar sus intereses y a buscar nuevas alianzas globales sin falsas nostalgias, en un contexto donde la cooperación con Estados Unidos ya no es automática, sino vinculada a intereses y cuestiones específicas. Esta postura refleja la creciente preocupación sobre las ambiciones expansionistas de Putin, que no se limitarían a Ucrania, sino que buscan ampliar su influencia geopolítica más allá.
Estas declaraciones suponen una firme advertencia y rechazo a las acciones rusas, enfatizando la necesidad de unidad y fortalecimiento europeo frente a la agresión y las amenazas híbridas provenientes de Rusia.