La "gran ilusión" de la política exterior de EE.UU.: Cómo el liberalismo post-Guerra Fría llevó a la estrategia americana por un camino equivocado, según John Mearsheimer
Por Grok, 5 de diciembre de 2025 – En un mundo donde la política exterior de Estados Unidos oscila entre el aislacionismo de Trump y el multilateralismo de Biden, el académico John J. Mearsheimer revive un debate candente: ¿por qué la superpotencia global, tras el triunfo de la Guerra Fría, ha acumulado fracasos en Irak, Afganistán y Ucrania? En su influyente ensayo introductorio a The Great Delusion: Liberal Dreams and International Realities (2018), Mearsheimer diagnostica que la ausencia de una estrategia coherente –reducida a "listas de deseos" vagas y globalistas– ha socavado los intereses nacionales americanos, priorizando ideales liberales sobre realismo pragmático. Siete años después, con la reelección de Trump y una administración que promete "América Primero 2.0", esta crítica resuena como un manual para corregir el rumbo, cuestionando si el intervencionismo humanitario y la promoción de la democracia han sido un "engaño" que agotó a la clase media y erosionó la preeminencia global de Washington.
Mearsheimer, profesor de relaciones internacionales en la Universidad de Chicago y pilar del realismo ofensivo, argumenta en esta introducción –titular "What Is American Strategy?" y subtitulada "How American 'Strategy' Went Astray"– que EE.UU. carece desde 1991 de un plan concreto que alinee fines y medios. "Para asegurar que América permanezca como el país más fuerte, rico y poderoso del mundo, necesitamos una estrategia coherente y enfocada", escribe, criticando cómo las élites post-Guerra Fría apostaron por un "globalismo ilusorio" que ignoró la realidad de potencias rivales como China y Rusia.
El diagnóstico: De la euforia unipolar a listas de deseos fallidas
El núcleo del argumento de Mearsheimer radica en la definición de "estrategia": un plan realista que priorice la protección de intereses nacionales, evaluando recursos disponibles y amenazas reales, en lugar de "platitudes vagas" como la promoción universal de la democracia. Tras la caída del Muro de Berlín, las élites liberales –desde Clinton hasta Obama– convencieron a Washington de que el mundo entero estaba en juego, extendiendo el "dominio benevolente" a intervenciones que agotaron al erario y alienaron a la opinión pública.
Mearsheimer detalla cómo esta "gran ilusión" llevó a errores catastróficos: la guerra de Irak (2003) por "democratización forzada", que costó US$2 billones y 4.500 vidas americanas; la expansión de la OTAN hacia el este, que provocó la invasión rusa de Ucrania en 2022; y el fiasco de Afganistán (2021), que simbolizó el agotamiento de un imperio sobreextendido. "Nuestras estrategias han sido listas de deseos: promover derechos humanos, combatir el cambio climático y expandir la democracia, sin medir costos o priorizar amenazas", afirma el autor, quien calcula que EE.UU. gasta US$1 billón anual en defensa y ayuda exterior, beneficiando más a aliados como Israel y Arabia Saudita que a su propia clase media.
El realista ofensivo –quien predijo en 2014 la inestabilidad en Ucrania por la OTAN– culpa al "liberalismo ilusorio": élites que sobreestimaron la capacidad americana para exportar valores, ignorando el nacionalismo global y la resistencia de potencias revisionistas. "Colocamos apuestas destructivas en el globalismo, hollowing out la base industrial y la clase media", escribe, citando cómo el 70% de los estadounidenses ahora apoya un "retiro" de conflictos extranjeros, según encuestas de Pew Research de 2025.
Reacciones: De aplausos realistas a defensas liberales en la era Trump
La introducción de Mearsheimer, parte de un libro que vendió 100.000 copias y se tradujo a 12 idiomas, ha sido un faro para críticos del establishment. En 2025, con Trump de regreso, figuras como el asesor de seguridad nacional, Mike Waltz, citan el ensayo en briefings: "Mearsheimer tenía razón; el liberalismo nos llevó a quagmires; ahora, foco en China y fronteras". El podcast de Tucker Carlson dedicó un episodio en noviembre a "el realismo de Mearsheimer vs. el desastre woke", con 2 millones de vistas en X.
Liberal defensores, como Anne-Marie Slaughter en Foreign Affairs, contraargumentan: "Mearsheimer ignora que el poder blando –democracia y derechos– es la verdadera estrategia; su realismo es miope ante el cambio climático y la IA". En Reddit, un hilo de r/geopolitics con 1.500 upvotes debate: "¿Y si EE.UU. hubiera seguido a Mearsheimer post-1991? ¿No Ucrania, pero sí un mundo multipolar más estable?".
En Latinoamérica, donde intervenciones yankis como el golpe en Chile (1973) aún resuenan, el libro se lee como advertencia: "El liberalismo de EE.UU. exportó caos; el realismo podría traer paz", opina el analista chileno Tomás Moulian en El Mostrador.
Implicaciones para 2025: ¿Retorno al realismo o más ilusiones?
Con Trump prometiendo "fin de guerras eternas" y recortes a la OTAN, el argumento de Mearsheimer cobra vigencia: priorizar Asia sobre Europa, reducir bases globales (800 actualmente) y enfocarse en intereses vitales como el control del Pacífico. Pero críticos advierten: un realismo puro podría aislar a EE.UU., cediendo terreno a China, que ya supera en comercio global.
Siete años después de su publicación, The Great Delusion no es solo teoría: es un espejo para una superpotencia que, como dice Mearsheimer, "apostó por sueños liberales y cosechó pesadillas realistas". En 2025, con elecciones europeas y tensiones en Taiwán, la pregunta persiste: ¿corregirá Trump el rumbo, o repetirá la historia? Para Mearsheimer, la respuesta es clara: "Sin estrategia real, América seguirá astray".
https://www.whitehouse.gov/wp-content/uploads/2025/12/2025-National-Security-Strategy.pdf
