"La institución del Dalai Lama continuará".
Con esta frase desde el exilio, Tenzin Gyatso, el 14º Dalai Lama, confirmó esta semana que su sucesor se elegirá de acuerdo a la tradición del budismo tibetano.
El líder espiritual, que este domingo cumple 90 años y asegura gozar de buena salud, descartó así los rumores que apuntaban al fin de la institución tras su muerte.
Elegir a su sucesor no será un simple trámite, ya que el 15º Dalai Lama debe ser la reencarnación del líder espiritual tibetano exiliado desde 1959 en la ciudad india de Dharamsala.
A diferencia de otras religiones, el liderazgo espiritual tibetano no se hereda ni se elige por votación.
El Dalai Lama es considerado la reencarnación del Bodhisattva de la Compasión, una figura divina que regresa una y otra vez al mundo para aliviar el sufrimiento de los seres vivos.
El proceso para sucederlo implica la búsqueda de un niño que, tras una serie de signos místicos y pruebas, sea reconocido como su continuación espiritual.
Además, en esta ocasión estará marcado por una tensión geopolítica sin precedentes.
El ritual
El actual Dalai Lama fue descubierto así: según recoge su biografía oficial, con solo dos años reconoció objetos personales de su predecesor y afirmó "es mío, es mío".
Ese reconocimiento espontáneo fue uno de los indicios clave para que los monjes que lo visitaron concluyeran que Lhamo Thondup, como se llamaba entonces el niño nacido en una aldea remota del noreste del Tíbet, era la reencarnación número 14 del Dalai Lama.
Antes de eso, el camino había estado guiado por señales místicas, visiones y rituales que forman parte del complejo proceso de sucesión.
Todo comienza tras la muerte del Dalai Lama, cuando los altos lamas -autoridades espirituales- entran en un periodo de luto y contemplación.
Durante ese tiempo observan señales que puedan aportar indicios sobre el lugar en el que ha renacido su líder espiritual.
Una de las prácticas más conocidas es la consulta al lago sagrado Lhamo Latso, en el sur del Tíbet, donde el regente del momento o un monje de alto rango observa la superficie del agua en busca de visiones reveladoras.