Kate jamás se podría haber imaginado lo que su marido le iba a contar, una noche que ambos se despertaron para conversar.
"Te he estado violando. Te he estado sedando y tomándote fotografías durante años".
Kate (no es su nombre real) se quedó sin palabras. Se quedó congelada. Simplemente no podía entender lo que él estaba diciendo.
"Me lo contó casi como si fuera cualquier cosa, como 'mañana cenaremos espaguetis a la boloñesa. ¿te importa traer el pan?'".
Advertencia: esta historia contiene descripciones de violencia sexual.
Durante años, a puerta cerrada, su marido había sido controlador y abusivo. Era violento y abusaba de las pastillas recetadas.
A lo largo de los años, Kate había despertado en ocasiones y lo había encontrado teniendo relaciones sexuales con ella, algo para lo que no podía dar su consentimiento porque estaba dormida. Esto era una violación.
Después, él se arrepentía, convenciéndola de que había estado dormido y no sabía lo que hacía. Le decía que estaba enfermo y que debía haber algo mal con él.
Kate lo apoyó para que buscara ayuda médica.
Pero en ese momento no tenía ni idea de que él le había estado poniendo somníferos en el té por la noche, práctica conocida como spiking en Reino Unido, para poder violarla mientras dormía.
Después de la verdad
Tras su confesión, su esposo le dijo que si acudía a la policía, su vida se acabaría. Así que Kate no lo hizo.
Era el padre de sus hijos. No quería creer que alguien con quien había compartido su vida fuera capaz de querer hacerle tanto daño.
Sin embargo, durante los meses siguientes, el horror de lo que él decía haberle estado haciendo empezó a tener consecuencias físicas.
Kate cuenta que enfermó gravemente, perdió mucho peso y empezó a sufrir ataques de pánico.
Casi un año después de la confesión, durante un ataque de pánico particularmente fuerte, Kate le contó todo a su hermana.
Su hermana llamó a su madre, quien llamó a la policía. El marido de Kate fue arrestado e interrogado.
Sin embargo, cuatro días después, Kate contactó con la Policía de Devon y Cornwall diciendo que no quería seguir adelante con el caso.
"Simplemente no estaba preparada", dice. "Sentía un profundo dolor. No solo por mí, sino por los niños. Su padre nunca sería quien fue en el pasado".
Kate ya no quería que su marido estuviera en casa, así que él se mudó.
Después de esto, empezó a pensar con más claridad sobre lo sucedido. Seis meses después, Kate volvió a la policía.
Se inició una investigación, dirigida por el detective Mike Smith.
Kate afirma que el detective la ayudó a comprender que había sobrevivido a un delito grave: "Me ayudó a recuperar mi poder. No me di cuenta conscientemente de que me lo habían arrebatado. Me explicó que fue una violación".