Hay años en que el mundo atraviesa cambios fundamentales y convulsivos.
Uno de ellos fue 1968, cuando la Unión Soviética invadió Checoslovaquia, y hubo violentos disturbios en Francia y multitudinarias protestas contra la guerra de Vietnam en Estados Unidos.
Otro fue 1989, el año de la masacre de Tiananmen, la caída del Muro de Berlín y la sorpresiva implosión del imperio soviético.
Viví cada uno de estos sucesos y bajo esa perspectiva me parece que, tras sólo 7 semanas, 2025 podría uno de esos años: un momento en el que las suposiciones básicas sobre cómo funciona nuestro mundo queden obsoletas.
El motivo de esto es, por supuesto, Donald Trump.
Desde el final de la Segunda Guerra Mundial, cada uno de los 13 presidentes estadounidenses anteriores a Donald Trump ha expresado su apoyo a un conjunto de principios geopolíticos clave.
Entre ellos, que la propia seguridad de Estados Unidos depende de proteger a Europa de Rusia y a los países no comunistas de Asia de China.
Trump ha cambiado radicalmente este enfoque.
Afirma que está poniendo los intereses estadounidenses en primer lugar, antes que todo lo demás.
En gran medida, su decisión se debe a cuánto le cuesta a Estados Unidos proteger a Europa y Asia de Rusia y China respectivamente.
La decisión ha sido difícil de tragar para los países aliados de EE.UU., especialmente en Europa.
"Igualito a Luis XIV"
La propia personalidad de Trump hace que todo sea mucho más difícil.
Ningún presidente estadounidense de los tiempos modernos, ni siquiera Richard Nixon, dejó que sus características personales moldearan sus políticas como lo hace Trump.
"Es igualito a Luis XIV", me dijo un diplomático norteamericano retirado, refiriéndose al egocéntrico Rey Sol de Francia.
Los críticos como éste creen que Trump es increíblemente vanidoso y sorprendentemente susceptible.
Como resultado, los funcionarios que lo rodean, personas como Elon Musk y JD Vance, tal vez piensen que su posición depende enteramente de cuánto lo elogien y respalden sus opiniones.
Cuando el presidente Trump afirma, sin pruebas, que el presidente de Ucrania, Volodymyr Zelensky, es corrupto y tiene un bajo índice de aprobación, Musk va incluso más allá: agrega que Zelensky es despreciado por el pueblo ucraniano y se alimenta de los cadáveres de los soldados ucranianos.
Hoy en día, parece que no hay nadie en el círculo de Trump que discretamente se aclare la garganta y diga: "Presidente, quizá debería considerar retractarse de esa declaración".
A juzgar por su mandato anterior, podemos estar seguros de que todos los que rodean a Trump saben lo mucho que detesta que no estén de acuerdo con él.
Y también sabrán que muchos votantes respaldan incondicionalmente la estrategia de Trump y sienten que han estado financiando la seguridad de un continente lejano.
Se ha comprometido a detener la guerra en Ucrania antes del Domingo de Pascua y tiene toda la razón cuando dice que el presidente Vladimir Putin está muy interesado en ello.
Aunque las tropas rusas avanzan lentamente en el este de Ucrania, gracias a su enorme número, sus pérdidas humanas son inmensas.
Si la guerra continúa, Rusia probablemente tendrá que recurrir al reclutamiento obligatorio, lo que sería peligrosamente impopular y podría incluso desestabilizar el régimen de Putin.
Por eso, el discurso de paz de Trump es música para sus oídos.
John Bolton, el nada servil asesor de seguridad nacional de Trump durante su primer gobierno, considera que en el Kremlin habrán descorchado champán cuando escucharon sobre el plan de paz de Trump.
Sin duda, puede ser considerado como un momento histórico, no solo en Moscú, sino en todo el mundo.
Putin ha respaldado claramente la idea de que Trump realmente ganó las elecciones de 2020.
Puede que no sea cierto, pero el presidente Putin sabe que Trump favorece a cualquiera que respalde su visión de las cosas.
¿Por qué, en cambio, Trump y su entorno han criticado tan duramente al presidente Zelensky?
En parte, debe ser porque Zelensky no obedece servilmente ni hace todo lo que le dicen, como volver a la mesa de negociaciones y firmar un acuerdo para darle acceso a Estados Unidos a los minerales raros de Ucrania.
Al mismo tiempo, el presidente Trump entiende que Zelensky es el eslabón más débil del trío formado por Estados Unidos, Rusia y Ucrania.
También cree que lo puede presionar de una manera que no funcionaría con Putin.
Cree que cuanto más presión ejerza sobre Zelensky, más rápido se llegará a un acuerdo de paz.