Durante años, el sacerdote Marcial Maciel ostentó una imagen de líder carismático, admirado en la Iglesia católica. Con el paso del tiempo salió a la luz una doble vida contraria a los valores que predicaba.
Su historia —una de las más indignantes de la iglesia católica en México— ha sido retratada en la nueva serie documental de HBO Max “Marcial Maciel: El lobo de Dios” que expone los abusos cometidos por el sacerdote y cómo el sistema eclesiástico lo encubrió por décadas. HBO Max es propiedad de Warner Bros Discovery, empresa matriz de CNN.
Maciel tejió con astucia una de las congregaciones con más influencia en la iglesia católica. Enfrentó acusaciones de abuso sexual a niños y murió a los 87 años sin enfrentarse a la justicia, su único castigo —dos años antes de morir—fue retirarse a una vida de penitencia.
Marcial Maciel, el líder
Marcial Maciel Degollado nació el 10 de marzo de 1920 en Cotija de la Paz, Michoacán, en el suroeste de México. Creció en una familia profundamente católica; su tío Jesús Maciel Degollado fue uno de los generales de la Guerra Cristera en el país, un conflicto armado entre fuerzas federales y grupos católicos armados que se resistían a una ley que acotaba el sacerdocio católico.
A los 16 años, inició su paso por varios seminarios en México. Cinco años después, en 1941, fundó la Apostólica Misional del Sagrado Corazón de Jesús que más tarde —con la aprobación del Vaticano— se convertiría en los Legionarios de Cristo, un instituto religioso constituido por sacerdotes y candidatos al sacerdocio. También creó el grupo Regnum Christi, un movimiento de miembros laicos de la orden, según información en el sitio web de los Legionarios de Cristo.
Desde la fundación de la congregación, Maciel fue considerado un líder carismático que inspiraba a las personas a seguir a Cristo y generaba confianza.
El papa Juan Pablo II lo describió, en 1994, como un “padre espiritual cercano y un guía eficaz” y elogió la fundación de instituciones que promovían “los valores humanos y cristianos en la familia”. Maciel llegó a ser una de las figuras más importantes de la historia de la iglesia en México.
Durante una audiencia privada en el Vaticano en 1946, el papa Pío XII le pidió a Maciel que “formara líderes y ganara para la causa de Cristo a los prohombres de América Latina y del mundo entero”, según testimonios de Maciel citados por la agencia EFE.
Desde entonces, la orden que inició con un grupo de adolescentes expandió su influencia a un ritmo extraordinario con la fundación de escuelas, seminarios y universidades, incluidas 95 comunidades de apóstoles, 10 sedes de gobierno y una comunidad de sacerdotes estudiantes en Roma, una residencia sacerdotal en México, un centro de humanidades en Estados Unidos, y un instituto teológico en Brasil, según la congregación.
Hasta finales de 2024, la legión tenía presencia en 23 países y registró más de 1.300 miembros.
Acusaciones contra Maciel
La doble vida de Maciel salió a la luz a finales de 1990 tras décadas de abusos que, según la propia orden, tuvieron lugar desde los años 40, en los inicios de los Legionarios de Cristo.
En 1997, un pequeño diario en Connecticut, Estados Unidos, reveló las denuncias de un grupo de ocho hombres en contra de Maciel por abuso sexual. Un año después, la Congregación para la Doctrina de la Fe dijo haber recibido las acusaciones contra el sacerdote. Maciel afirmó ser inocente hasta su muerte en 2008.
Fue hasta 2004 cuando la congregación inició una investigación sobre las denuncias; sin embargo, Maciel ni siquiera fue sometido a un proceso canónico. En 2006, el Vaticano desistió de juzgarlo argumentando su “avanzada edad”. En cambio, el papa Benedicto XVI ordenó que renunciara a todo ministerio público y lo invitó a llevar “una vida reservada de oración y penitencia”.
Un proceso canónico pone en marcha una serie de mecanismos a fin de resolver una demanda. Al igual que en un proceso judicial ordinario, se requiere una investigación, presentación de pruebas y declaraciones de testigos hasta llegar a una resolución y, en su caso, sentencia.
Maciel murió en enero de 2008 en Florida, Estados Unidos. Poco después salió a la luz que tuvo varios hijos, que era adicto a la morfina y que plagió libros.
“Carente de escrúpulos”
La Iglesia católica y los Legionarios de Cristo tardaron casi una década en reconocer los abusos. En 2010, la Santa Sede admitió en un comunicado lo que describió como “los comportamientos gravísimos y objetivamente inmorales de Maciel” y afirmó que su vida fue “carente de escrúpulos”.
“Dicha vida era desconocida por gran parte de los Legionarios, sobre todo por el sistema de relaciones entretejido por el padre Maciel, que había sabido hábilmente crearse coartadas, ganarse la confianza, familiaridad y silencio de los que le rodeaban y fortalecer su propio papel de fundador carismático”, señaló.
La Legión publicó en 2019 un informe que revelaba que 175 menores de edad fueron víctimas de abusos sexuales cometidos por 33 sacerdotes desde su creación en 1941 hasta 2019.