El pasado mes de noviembre la Corte Penal Internacional (CPI) emitió una orden de arresto contra el primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu.
La acción también se extendió a su exministro de Defensa Yohav Gallant y a Mohammed Deif, uno de los líderes militares de Hamás.
La decisión se funda en que, según el tribunal internacional, hay evidencia "razonable” para afirmar que los tres son responsables de presuntos crímenes de guerra y contra la humanidad, los que habrían sido cometidos durante el conflicto que se desató el 7 de octubre de 2023.
Sin embargo, la decisión enfureció tanto al presidente de Estados Unidos, Donald Trump, que llegó a firmar en las últimas horas una una orden ejecutiva para sancionar al organismo.
El mandatario acusó a la CPI de adoptar "acciones ilegítimas e infundadas contra Estados Unidos" y su estrecho aliado Israel.
"Ha abusado aún más de su poder al emitir órdenes de arresto infundadas que sientan un precedente peligroso, poniendo en riesgo directamente al personal actual y anterior de Estados Unidos, incluidos los miembros en servicio activo de las Fuerzas Armadas, al exponerlos a acoso, abuso y posible arresto", dijo Trump.
Esa "conducta maligna", en su opinión, "amenaza con infringir la soberanía de Estados Unidos y socava la labor crítica de seguridad nacional y política exterior del Gobierno estadounidense" y de sus aliados.
Sin embargo, los efectos que pueda tener la orden del CPI contra Netanyahu no fueron desde el principio directos.
Que la detención se concrete dependerá de que los 124 estados miembros de la CPI, dentro de los que no se encuentran ni Israel ni Estados Unidos, así lo decidan. Y sólo si es que el primer ministro israelí pisa sus territorios.
La orden de Trump pone presión sobre los estados y lo que decidan en caso de recibir una visita del primer ministro israelí.
Si se mira la historia de la corte, el destino de estas órdenes de captura ha sido bastante disímil: enfrentan una serie de obstáculos para concretarse y las pocas que han tenido éxito siempre han tardado extensos periodos de tiempo.
En BBC Mundo te contamos cuáles son los otros líderes internacionales que han sido acusados y procesados por la CPI y qué pasó con ellos.
Vladimir Putin
Fue en marzo de 2023 que el organismo emitió una orden de arresto contra el presidente ruso Vladimir Putin al considerarlo responsable de crímenes de guerra por la deportación ilegal de niños de Ucrania a Rusia.
La acción del tribunal también incluía a la comisionada rusa para los derechos del niño, Maria Alekseyevna Lvova-Belova.
A casi dos años de aquello, sin embargo, ninguno de ellos ha sido extraditado ni capturado.
La CPI no tiene poderes para detener a los sospechosos y sólo puede ejercer jurisdicción dentro de los países que forman parte del acuerdo sellado en el marco del Estatuto de Roma, el que no incluye a Rusia.